"YO PARA TÍ, PARA MÍ TÚ" - (Voz y letra de Geles Calderón)

"¡QUÉ IMPORTA!" - (Voz y letra de Geles Calderón)

"SONETO DEL AÑIL RECUERDO" - (Letra de Geles Calderón - Voz de Miki)

"NO ME IMPORTAS" - (Letra de Geles Calderón - Voz de Miki)

"¡QUIÉN SABE!" - Poema de Geles Calderón - voz: Bea Salas

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24 de diciembre de 2017

"CONSCIENCIA DE MI REALIDAD - Evolución" (Voz y letra de Geles Calderón)





VIDEO con MI VOZ:





"CONSCIENCIA DE MI REALIDAD - Evolución"



ANTES:
Mi destino es la consecuencia de lo vivido, del pasado que me formó.
No soy lineal, ni dura como una piedra, laten mis curvas y se curvan mis latidos cuando el sentimiento me abarca.
Mi día a día es un aprender, un crecer, un estirar o aflojar la cuerda.
Es un borrar algunos trozos para que lo que estuvo permanezca.
Es un templar las maneras para no rasgar las venas, de tanto amor comprimido que proclama salir afuera.

No temo a la muerte, pero sí a que ésta surja, sin tener a mi lado a quien decir, que:
Eres...
Instante lacrado.
Latido poblado de mis versos.
Paisaje en el que habito.
Único camino de mis pasos.
Consecuencia de mi causa.
Luna llena en mi cielo nublado.
Anhelo, sonrisa, ocaso, celo… Eres mi mejor bocado.
El nudo de mi abrazo.
Bagaje de mis suspiros.
Cielo en el bolsillo de mi tiempo.
Eres... La suma de mi sentir.
Baúl de los ocasos sin ti.
Luna de mi descanso.
Lago de mis reflejos.
Eres... Sagrario de mi pecho.
Silencio y revuelo.
La quiniela de mis aciertos.
La letra que me hierve dentro…
Eres sabotaje y polizonte en mi cielo, donde, con celo...
se aferra mi alma a la tuya, como la rosa lo hace al alba...
para beber el rocío que de ella mana.

Abierta piel del mañana:
es imposible excusar la causa de ansiarte y abrazarte,
desde que en ti anochece... ¡hasta que en mí se abre la madrugada!


DESPUÉS:
Mis ojos verdes que alumbraron tu suspiro, que fueron agua fresca que movieron tu molino... hoy, sabiendo que nada es un regalo, ya pagaron alto precio de brillos apagados y llanto por librar barrancos cuando escapé de los cerezos por mirar sólo al frente, sin escuchar los sutiles avisos que me llegaban desde muy adentro.
Pero tenía fuego a flor de piel, y tú eras leño seco disfrazado de verso.

La rueda gira, y la ira se disolvió entre las esquinas del presente y el pasado, olvidando la resaca de aquellos besos y abrazos.
Nada como la consciencia de la realidad… para despertar de un sueño y desatarme de antiguos lazos.

El suelo que piso es lo real, y nunca lo fueron las nubes en las que me enredaron tus versos, esos, que sin sacarle brillo ni ser poeta, yo traduje convirtiéndolos en ideal que inauguraba mis avenidas de ensoñaciones, para acabar en barrancos donde se despeñaban todos los sueños que esta soñadora idealizó vivir a tu lado.
Tinta de caduco color el tuyo, para folio de otras tintas de permanente y fiel estancia.
Ya no me visto de ti.
Ya no me devoran las quejas.
Ya no uno perlas en hilos que ahogan.


HOY:
En la gastada orilla de mi camino me recosté agotada, por el trepidante recorrido, para recuperar el aliento de tanto ahogo sufrido, y allí, en plena intención de recobrarme, mi organismo sufrió la consecuencia de tanta senda angosta, de tanto zarandeo de latidos contra muros de frío hierro y exigencias de asfixiante censura.
Después: el dolor, el temor, el valor, la esperanza, las ganas, la batalla con una sola opción: ¡ganarla!
Hoy aquí, plácidamente sesteando el corazón, recuperándose de tanta batalla, mantengo libre de grises la paleta de mis óleos.
Mieles a los labios;
colores brillantes a los ojos;
música a los oídos;
caricias sentidas al cuerpo proyectando rutas de sol;
risas diarias junto a quienes me aman y amo;
agradecida por lo bueno, con optimismo natural y ganas de seguir luchando.


Geles Calderón

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13 de diciembre de 2017

"CUATRO VELAS ENCENDIDAS" (Voz y letra de Geles Calderón)





















VIDEO con MI VOZ:





"CUATRO VELAS ENCENDIDAS"

Fue aquella noche nuestra luz:
cuatro velas encendidas.
Yo acaricié tus medidas
y a las mías lo hiciste tú.

Y en un intrépido encuentro
mi boca buscó en tus labios,
para alumna, besos sabios
a mis labios parvularios.

En mi pecho dos botones
a tu tacto endureciendo,
y cuatro velas ardiendo
camuflando mis rubores.

Con respirar agitado
me deslicé por tu vientre,
y al borde de la pendiente...
tupido bosque he palpado.

Bosque de ramaje rizado
a un misterio protegiendo,
que mi boca está lamiendo
aunque aún no lo he mirado.

¡Dios mío... qué noche aquella!
¡Qué caricias y qué besos!
Fue fuego que no quemaba
pero que ardía por dentro.

Golpear de bravo viento
en mi interior pude sentir,
y entre jadeos te pedí
que no acabara nuestro encuentro.

¡Y te sentí en mí muy dentro!
Ya morir no me importaba
porque lo que tanto ansiaba...
ya lo estaba recibiendo.

Fueron manjares de dioses
envueltos en  nuestras pieles,
siendo a nuestra entrega fieles
y donándonos en goces.

Geles Calderón

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